martes, 10 de agosto de 2010

LA EVOLUCION DELA ESCRITURA

Evolución de la escritura

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La escritura es uno de los grandes inventos de la humanidad, seguramente el más grande de todos, ya que ha hecho posible la historia. Aprendemos a escribir en la escuela, siendo niños, y cuando llegamos a adultos apenas nos paramos a pensar en el proceso mental y físico gracias al cual nuestros pensamientos se transforman en palabras.

Hoy saber escribir nos parece lo más normal, pero ¿cómo consiguieron aprender a escribir los primeros hombres de la historia? ¿Cómo codificaban los símbolos de su lengua y su pensamiento? ¿Qué clase de personas eran los primeros escritores, y a qué clase de ideas, información y sentimientos dieron permanencia?

La escritura abarca muchas culturas, muchos idiomas y prácticamente todos los periodos del desarrollo humano, transforma en signos las ideas y la información de las más variadas disciplinas, como la historia, el arte, la antropología, la medicina, la teología, también la literatura. Saber escribir, estar alfabetizado, ofrece más oportunidades de realizarse que ser analfabeto. Pero la escritura también tiene su lado oscuro, pues se ha usado para contar mentiras, además de verdades; para engañar y explotar, además de enseñar; para poner trabas al pensamiento, además de para ensancharlo.

El inventor místico de la escritura fue el dios egipcio Tot, que visitó al rey para pedirle que diera su aprobación a su instructivo invento. El rey dijo a Tot: "Tú, que eres el padre de las letras, te has dejado guiar por tu afecto al atribuir a éstas un poder que es el contrario del que realmente poseen (...). No has inventado el elixir de la memoria, sino del recuerdo, y ofreces a tus discípulos la apariencia de la sabiduría, porque leerán muchas cosas sin instrucción y, por consiguiente, darán la impresión de conocer muchas cosas a pesar de ser ignorantes casi todos ellos". En el siglo XXI estas palabras que Sócrates recoge en su historia sobre el dios Tot tienen un eco evidentemente contemporáneo.

La mayor parte de los investigadores y eruditos aceptan que la escritura comenzó con la contabilidad, como consecuencia directa de las apremiantes necesidades de una economía en expansión. A finales del cuarto milenio a.C., la complejidad del comercio y la administración en las primitivas comunidades mesopotámicas llegó a una tesitura en la que sobrepasó la capacidad mnemotéctica de la clase gobernante. Por este motivo, llegó a ser esencial registrar las transacciones comerciales de una manera permanente y fiable. Pero esto no explica cómo pudo surgir la escritura de un sistema mnemotécnico que no era una verdadera escritura. En esta cuestión hay mucha polémica y pocas evidencias. El origen divino de la escritura, vigente hasta el siglo XVIII, ha cedido paso a la teoría de un origen pictográfico, es decir, a representaciones pictóricas de objetos concretos. Algunos estudiosos opinan que la escritura fue resultado de la indagación deliberada de un sumerio que vivía en la ciudad de Uruk, hacia el 3000 a.C. Para otros, fue obra de un grupo de administrativos y comerciantes. Hay quien afirma que no fue un invento, sino un descubrimiento fortuito. Muchos la consideran fruto de la evolución. Sea lo que fuere, lo esencial para el desarrollo de la plena escritura, por contraposición a la escritura limitada y puramente pictográfica, fue el llamado "principio del jeroglífico", la idea revolucionaria de que un signo pictográfico podía tener un valor fonético.

Una vez descubierta, inventada o evolucionada, como se prefiera, la escritura se difundió por el mundo a partir de Mesopotamia. La primera escritura egipcia se remonta al año 3100 a.C. Sobre esta base parece razonable pensar que el concepto de escritura, pero no los símbolos específicos de una escritura determinada, se difundieron gradualmente de una cultura a otra más distante. Sin embargo, a falta de pruebas sólidas que confirmen esta teoría, la mayor parte de los eruditos prefieren pensar que la escritura surgió independientemente en las principales civilizaciones del antiguo mundo. Aunque tampoco se descarta la idea de que los seres humanos prefieren copiar lo ya existente, reduciendo las innovaciones a casos de absoluta necesidad. No hay duda de que hubo ciertas apropiaciones, como la del alfabeto fenicio al que los griegos le añadieron las vocales; la del alfabeto etrusco por los romanos o la de los caracteres chinos por los japoneses.

En la actualidad, tanto los europeos como los americanos de cultura media tienen que reconocer y usar alrededor de 52 signos alfabéticos, así como diversos signos de otra índole: numerales, de puntuación y símbolos semánticos que se suelen llamar logogramas. Por el contrario, un japonés medio debe reconocer y usar cerca de dos mil símbolos, y, en el caso de los muy cultos, unos cinco mil o más. Estas dos situaciones que contrastan, la europeo-americana y la japonesa, parecen muy diferentes, pero en realidad son más parecidas de lo que se diría a simple vista. Todos los sistemas de escritura son escritura en el pleno sentido del término, es decir, sistemas de símbolos gráficos que se pueden usar para transmitir cualquier pensamiento o idea. Lo diferente, a parte de las formas externas de los símbolos, es la proporción entre los signos fonéticos y los semánticos, cuanto más alta sea ésta, tanto más difícil será deducir la pronunciación de las palabras.

¿Se equivocan quienes creen en la eficacia del alfabeto? ¿Sería preferible que las escrituras alfabéticas tuvieran más logogramas en representación de palabras enteras, como los jeroglíficos chinos, japoneses y egipcios? ¿Por qué ha de ser deseable una escritura de base fonética? ¿Qué tiene que ver el sonido con la cuestión estricta de leer y escribir? Basta mirar a nuestro alrededor para comprobar el enorme uso que hacemos hoy de los "jeroglíficos". En las carreteras, en los mapas meteorológicos, en los productos electrónicos, en el teclado del ordenador... Estos signos son eficaces informadores que nos indican el límite de velocidad, dónde hay un teléfono o un aseo público.

El filósofo y matemático Leibniz pensó en el siglo XX que es posible inventar un lenguaje escrito capaz de comunicación universal, el cual debería ser independiente de todos los idiomas existentes y sólo defendería los conceptos esenciales para la comunicación filosófica, política y científica de alto nivel. Si esto lo han conseguido la música y las matemáticas, ¿por qué no puede conseguirse de un modo más general? Este sueño, por atractivo que sea, nunca será real. La escritura y la lectura están íntimamente ligadas al habla. Los caracteres chinos no hablan directamente a la mente sin la intervención del sonido, ni tampoco los jeroglíficos egipcios. Ferdinand de Saussure, el fundador de la lingüística moderna, dijo que el lenguaje es comparable a una hoja de papel, el pensamiento está en una cara y el sonido en la otra. De la misma manera que es imposible que unas tijeras corten una cara de una hoja de papel sin cortar la otra, también es imposible aislar el sonido del pensamiento o el pensamiento del sonido. Empezamos a comprender los procesos mentales del habla, pero aún no sabemos casi nada sobre los de la lectura y la escritura, aunque es seguro que la escritura no se puede disociar del habla, las palabras y los sistemas de escritura que utilizan palabras dependen tanto de los sonidos como de los símbolos..

Protoescritura

Marcas similares a la escritura en una tortuga, caparazones descubiertos en la moderna Jiahu (China), datados hacia el 6000 a. C. Ejemplo de los símbolos de Jiahu.

Los primeros sistemas de la escritura a finales del IV milenio a. C. no se consideran una invención espontánea, pues se fundamentan en viejas tradiciones de sistemas simbólicos que no se pueden clasificar como escritura en sí mismas, pero que sí comparten muchas características que recuerdan sorprendentemente a aquella. Estos sistemas se pueden describir como protoescritura y utilizaban símbolos ideográficos o mnemónicos que podían transmitir información, si bien estaban desprovistos de contenido lingüístico directo. Estos sistemas aparecieron al principio del periodo neolítico, ya en el VII milenio a. C. si no antes (Kamyana Mohyla).

Destacan la escritura Vinča, que muestra una evolución gradual a partir de símbolos sencillos desde el VII milenio, aumentando en complejidad durante el VI milenio y culminando en las Tablas de Tartaria del V milenio, con unas filas de símbolos cuidadosamente alineados que evocan la impresión de un "texto". La Tabla de Dispilio, de finales del VI milenio, es similar. Las escrituras jeroglíficas del antiguo Oriente Medio (egipcia, protocuneiforme sumeria y cretense) nacen naturalmente de aquellos sistemas simbólicos, de manera que resulta difícil decir, sobre todo porque poco se conoce acerca del significado de los símbolos, en qué momento preciso la escritura nace de la protoescritura.

En el 2003 se descubrieron en China unos símbolos de la escritura Jiahu grabados sobre caparazones de tortuga que se dataron mediante radiocarbono en el VI milenio a. C. Los caparazones se encontraban enterrados junto a restos humanos en 24 tumbas neolíticas excavadas en Jiahu, pronvincia de Henan, al norte de China. Según algunos arqueólogos, la escritura de los caparazones presentaba similitudes con la escritura sobre huesos oraculares del II milenio a. C.[1] Otros,[2] sin embargo, rechazan esta afirmación por no estar suficientemente probada, argumentando que unos simples diseños geométricos, como los que encontramos en los caparazones de Jiahu, no se pueden relacionar con la primera escritura.

La escritura del Indo, del II milenio a. C. puede, de igual manera, constituir una protoescritura, quizás ya influenciada por el nacimiento de la escritura en Mesopotamia.

Las "runas eslavas" mencionadas por algunos autores medievales también pueden haber sido un sistema de protoescritura. El Quipu de los Incas (a veces llamado "nudos parlantes") pueden haber tenido una naturaleza similar. Un ejemplo histórico es el sistema de pictogramas inventado por Uyaquk antes de desarrollar el silabario de Yugtun.

[editar] Invención de la escritura

Por definición, la historia comienza con los registros escritos. Los restos de la cultura humana sin la escritura constituye el ámbito de la prehistoria (véase La escritura y la historicidad más abajo). Sin embargo, el "origen de la escritura ha dejado de ser un misterio".[3]

La evolución de la escritura fue un proceso originado por la práctica económica y la necesidad en el Antiguo Oriente Próximo.[3] La arqueóloga Denise Schmandt-Besserat determinó la conexión entre las "fichas" de arcilla sin categorizar previamente y la primera escritura conocida, el protocuneiforme.[3] [4] Las fichas de arcilla se utilizaban para representar bienes e incluso puede que unidades de tiempo empleado en el trabajo, haciéndose su número y tipos cada vez más complejos según avanzaba la civilización. Se alcanzó un alto grado de complejidad cuando se tuvo que manejar más de cien tipos distintos de fichas, y estaban envueltas con arcilla, con marcas que indicaban el tipo de fichas del interior. Estas marcas pronto reemplazaron a las fichas en sí, y los envoltorios de arcilla se constituyeron, como puede demostrarse, en el prototipo de las tablillas de escritura sobre arcilla.[4]

El sistema de escritura mesopotámica original (ca. 3500 a. C.) deriva de este método de conservar operaciones,[3] y para finales del IV milenio a. C.,[5] ya se había transformado en el uso de un estilete de forma triangular que se presionaba sobre arcilla flexible ("escritura cuneiforme"). Así, la invención de los primeros sistemas de escritura es más o menos contemporánea con el principio de la Edad de Bronce en la última mitad del IV milenio a. C. en Sumeria.

Las primeras formas de escritura eran logográficas en naturaleza, basadas en elementos pictográficos e ideográficos.[6] No obstante, a mitad del III milenio a. C., los sumerios habían desarrollado un anexo silábico para su escritura, reflejando la fonología y la sintaxis del idioma sumerio hablado. Esta escritura logo-silábica fue pronto adoptada por los hablantes acadios y eblaítas para sus propios idiomas, y posteriormente por los hititas y los ugaríticos.

Aunque es posible que la escritura egipcia sea un ejemplo de difusionismo (arqueología) transcultural de sus contemporáneos comerciales de Mesopotamia, los egipcios no tomaron prestados los símbolos escritos mesopotámicos. En su lugar, utilizaron su propia iconografía artística. Hay muestras de jeroglíficos egipcios arcaicos en la Paleta de Narmer del 3100 a. C., y aún mayor grado de elaboración se puede ver en los Textos de las Pirámides del III milenio a. C. En el sur de Egipto, Günter Dreyer descubrió registros de entregas de lino y aceite que, según la prueba del carbono, han sido datados entre el 3300 y el 3200 a. C., anteriores, pues, al periodo dinástico. Este hallazgo cuestiona la creencia extendida de que los primeros pueblos en escribir fueron los sumerios de Mesopotamia (actual Irak) en algún momento anterior al 3000 a. C.[7]

También surgió en esta época una escritura protoelamita logográfica aún por descifrar, que evolucionó a un elamita lineal hacia finales del III milenio, que a su vez fue reemplazado por la escritura cuneiforme tomada del acadio.

La escritura del Indo apareció hacia el 2600 a. C. y sobrevivió al declive de la Cultura del Valle del Indo sobre el 1700 a. C. [1] Sin embargo, todos los registros son extremadamente breves y no está claro que fuera realmente un sistema de escritura.

La Escritura china, que data aproximadamente del siglo XII a. C. (finales de la Dinastía Shang), era gráficamente independiente de las escrituras del Oriente Medio, aunque, como en el caso del egipcio, puede que el difusionismo transcultural haya tenido algún papel relevante.

Las escrituras precolombinas, que datan del siglo III a. C. aproximadamente en Mesoamérica, de las cuales solamente la maya se sabe que fue una escritura real, tuvieron unos orígenes independientes de los del Viejo Mundo. Si el rongorongo de la Isla de Pascua fue también una escritura real, tuvo también un desarrollo independiente.

Prácticamente, todos los sistemas de escritura utilizados en el mundo actual descienden en última instancia de la escritura china o de los alfabetos semíticos (derivados del egipcio).[cita requerida]

[editar] Escritura de la Edad del Bronce

Véase también: Historia del alfabeto

La escritura surgió en una variedad de culturas diferentes en la Edad del bronce.

[editar] Escritura cuneiforme

Tableta legal de Alalah en su envoltorio en babilonio medio
Artículo principal: Escritura cuneiforme

El sistema de escritura sumerio original deriva de un sistema de fichas de arcilla que se utilizaban para representar bienes. A finales del IV milenio a. C., ya había evolucionado hacia un método de contabilidad en el que se utilizaba un estilete redondeado que se imprimía sobre arcilla flexible con ángulos variables para grabar números. A este sistema se incorporó una escritura pictográfica utilizando un estilete afilado para indicar lo que se estaba contando. La escritura con estilete redondeado y estilete afilado fue poco a poco reemplazada hacia el 2700-2500 a. C. por un estilete en forma de cuña (de ahí el término cuneiforme). Finalmente, la escritura cuneiforme se convirtió en un sistema de escritura de propósito general para los logogramas, las sílabas y los números. A partir del siglo XXVI a. C., esta escritura se adaptó al idioma acadio y más tarde a otros como el hurrita y el hitita. Otras escrituras similares en apariencia a este sistema son el ugarítico y el antiguo persa.

[editar] Jeroglíficos egipcios

Artículo principal: Jeroglíficos egipcios

La escritura era muy importante para mantener el imperio egipcio, y la alfabetización se concentraba en una élite educada de escribas. Solamente se permitía la formación como escribas a personas de un nivel determinado para el servicio de las autoridades religiosas, faraónicas y militares. El sistema jeroglífico siempre fue difícil de aprender, pero en siglos posteriores se lo complicó aún más a propósito para preservar la posición de los escribas.

[editar] Escritura china

Artículo principal: Escritura china

En China los historiadores han hallado mucha información sobre las primeras dinastías chinas a partir de los documentos escritos que han sobrevivido. La mayor parte de los escritos de la Dinastía Shang han llegado a nosotros en forma de huesos o accesorios de bronce. Las muescas sobre caparazones de tortuga o jiaguwen han sido datadas por medio de la prueba del carbono hacia el 1500 a. C. Los historiadores se han dado cuenta de que el tipo de medio utilizado tenía un efecto sobre lo que se quería documentar y el modo en que se empleaba.

Ha habido recientemente descubrimientos de muescas sobre caparazones de tortuga del 6000 a. C., como la escritura de Jiahu y la escritura de Banpo, pero existe polémica sobre si estas muescas poseen suficiente complejidad como para ser consideradas un sistema de escritura.[1] Si se afirma que es un idioma escrito, la escritura en China antecedería a la escritura cuneiforme mesopotámica, la cual hace tiempo que se reconoce como la primera aparición de la escritura, en unos 2000 años. Sin embargo, parece más probable que las inscripciones sean más bien una forma de protoescritura similar a la escritura Vinča contemporánea en Europa. Las muestras irrefutables de escritura en China son de alrededor del 1600 a. C.

[editar] Escrituras elamitas

Artículo principal: Escritura proto-elamita

La escritura proto-elamita aún no descifrada surge hacia el 3200 a. C. y evoluciona a un elamita lineal hacia el III milenio, siendo más tarde reemplazado por el elamita cuneiforme tomado del acadio.

[editar] Jeroglíficos anatolios

Artículo principal: Jeroglíficos anatolios

Los jeroglíficos anatolios son una escritura jeroglífica indígena propia de Anatolia occidental que aparece por vez primera en los sellos reales de Luwia alrededor del siglo XX a. C., que se usaban para registrar el idioma jeroglífico de Luwia.

[editar] Escrituras cretenses

Artículo principal: Lineal A

Los jeroglíficos cretenses se encuentran en objetos de la Creta minoica (de principios a mediados del II milenio a. C.). La escritura lineal B ya ha sido descifrada, al contrario de lo que ocurre con la lineal A.

[editar] Primeros alfabetos semíticos

Los primeros alfabetos puros (más propiamente "abyads", que emparejan un único símbolo a cada fonema, pero no necesariamente un solo fonema a un único símbolo) surgieron hacia el 1800 a. C. en el Antiguo Egipto como una representación de la lengua desarrollada por los obreros semíticos de Egipto, pero ya por entonces había una ligera probabilidad de que los principios del alfabeto se incorporaran a los jeroglíficos egipcios. Estos primeros abyads tuvieron poca importancia durante varios siglos y solamente a finales de la Edad de Bronce la escritura protosinaítica se divide en el alfabeto protocananeo (hacia el 1400 a. C.), el silabario de Byblos y el alfabeto ugarítico (hacia el 1300 a. C.).

[editar] Escritura del Indo

Artículo principal: Escritura del Indo

La escritura del Indo de la Edad del Bronce Media, que data realmente del principio de la fase de Harappa hacia el 3000 a. C., aún no ha sido descifrada.[8] No está claro si debería de considerarse como un ejemplo de protoescritura (un sistema de símbolos o algo parecido) o si es realmente una escritura de tipo logográfico-silábico de otros sistemas de escritura de la Edad del Bronce.

[editar] Escritura precolombina

En el continente americano se desarrollaron varios sistemas de escritura para las lenguas indígenas de América incluso antes de la llegada de los europeos. Aunque frecuentemente se ha dicho que estas escrituras tenían un carácter pictográfico o nemotécnico, desciframientos realizados en la segunda mitad del siglo XX han probado que varias de las escrituras precolombinas eran sistemas fonológicos completos para representar una lengua arbitrariamente a partir de su pronunciación. En especial en Mesoamérica, las inscripciones epiolmecas, al parecer escritas en una lengua mixe-zoque, fueron reelaboradas para dar lugar indirectamente a la escritura maya y a los sistemas de notación de los códices aztecas.

[editar] La Edad del Hierro y el auge de la escritura alfabética

Artículo principal: Historia del alfabeto

El alfabeto fenicio es simplemente el alfabeto protocananeo en la forma en que se prolongó hasta la Edad del Hierro (tomada convencionalmente de la fecha umbral 1050 a. C.). Este alfabeto dio origen al alfabeto arameo y al alfabeto griego, así como, probablemente por transmisión griega, a distintos alfabetos anatolios y protoitálicos (incluyendo el alfabeto latino) en el siglo VIII a. C. El alfabeto griego es el que introduce por primera vez signos vocálicos. (Dieron el último paso, pues separaron vocales de consonantes y las escribieron por separado). La familia brahámica de India probablemente tuvo su origen a través de los contactos arameos desde el siglo V a. C. Los alfabetos latino y griego a principios de la Era Común dieron pie a distintas escrituras europeas, como las runas, el alfabeto gótico y el alfabeto cirílico, mientras que el alfabeto arameo originó los abyads hebreo, sirio y árabe, y el alfabeto sudarábigo originó el alfabeto ge'ez.

[editar] Escritura e historicidad

Los historiadores hacen una distinción entre la prehistoria y la historia, siendo ésta última definida por la presencia de fuentes escritas autóctonas. La aparición de la escritura en un lugar determinado viene a menudo seguido de varios siglos de inscripciones fragmentadas que no pueden quedar incluidas en el periodo "histórico", y solamente la presencia de textos coherentes marca la "historicidad". En las primeras sociedades alfabetizadas pasaron no menos de 600 años desde las primeras inscripciones hasta las primeras fuentes textuales coherentes (aproximadamente del 3200 al 2600 a. C.). En el caso de Italia, pasaron unos 500 años desde el primer alfabeto protoitálico hasta Plauto (del 750 al 250 a. C.), y en el caso de los pueblos germánicos existe un lapso de tiempo similar desde las primeras inscripciones del Elder Futhark hasta los primeros textos como el Abrogans (del 200 al 750 aproximadamente).



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